La era digital ha transformado radicalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con los demás, pero con la proliferación de la tecnología también ha surgido una nueva categoría de amenazas: los delitos informáticos. Estos delitos representan una creciente preocupación en la sociedad actual, donde la interconexión global y nuestra nueva dependencia a la tecnología, han creado un nuevo escenario para la actividad delictiva.
Los delitos informáticos abarcan una amplia gama de actividades ilícitas que van desde el robo de datos y la intrusión en sistemas, el fraude en línea y la proliferación de malware, hasta nuevas formas de acoso y estafa. Los actores malintencionados utilizan habilidades tecnológicas que les permiten explotar vulnerabilidades en sistemas informáticos, comprometiendo la privacidad, la seguridad financiera y la integridad de individuos, empresas e incluso gobiernos siendo cualquiera por tanto posible objetivo de sus ataques.
Algunos de los delitos más comunes a los que nos podemos enfrentar actualmente son:
Fraude online
Los delincuentes se hacen pasar por entidades confiables para engañar a las personas y obtener información confidencial. Entre estos delitos destacan el phishing, smishing y vishing, así como falsificación sitios web, estafas de subastas…
Ransomware
Tipo de malware que cifra archivos en el sistema de la víctima y exige un rescate para restaurar el acceso. Puede causar pérdida de datos y afectar operaciones comerciales.
Malware
Software malicioso diseñado para dañar o acceder a sistemas informáticos sin autorización. Incluye virus, gusanos, troyanos y spyware.
Espionaje en línea
Obtención no autorizada de información confidencial de gobiernos, empresas u otras organizaciones con el propósito de obtener ventajas estratégicas.
Intrusión informática
Acceso no autorizado a sistemas o redes con el objetivo de robar información, causar daño o interrumpir operaciones.
Ciberacoso o ciberbullying
Utilización de la tecnología para acosar, intimidar o difamar a personas, ya sea a través de redes sociales, correo electrónico u otros medios.
Los delitos informáticos suelen presentar unas características que les hacen únicos respecto otro tipo de delitos, y esto es debido a que el medio en el que se desarrollan, dificulta en muchos casos un seguimiento e investigación adecuados debido a diferentes causas que los identifican,
Ámbito internacional
Los delitos informáticos pueden originarse en un país y afectar a individuos o entidades en cualquier parte del mundo. Lo que puede implicar en muchos casos problemas a la hora de rastrear el origen de los atacantes
Rapidez y Escalabilidad
Los ciberdelincuentes pueden ejecutar ataques de manera rápida y a gran escala, aprovechando la velocidad y alcance de las comunicaciones digitales. Esto permite la propagación rápida de malware y la realización de estafas a una amplia audiencia.
Motivaciones Diversas
Los motivos detrás de los delitos informáticos pueden ser diversos e incluir fines financieros, espionaje, activismo, vandalismo digital o simplemente desafíos técnicos. Las motivaciones a menudo determinan la naturaleza y el alcance del delito.
El papel de un perito informático ante un delito de este tipo es crucial para el proceso de investigación, dado que sus conocimientos técnicos junto con las herramientas forenses y de ciberinteligencia que posee, le permiten hacer un rastreo exhaustivo del delito y del delincuente aportando informes, evidencias y soluciones de gran apoyo en el desarrollo de la investigación.
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